Conversamos con el Ingeniero Luis Mendieta Britto, docente de la Facultad de Ciencias e Ingeniería PUCP, sobre la Automatización de Camiones en el sector minero en el Perú.
La actividad minera siempre está enfocada en la optimización de costos y, en este caso, también asegurar el tema de la calidad del proceso, así como la seguridad en toda la cadena de valor.
El operador no opera, no está expuesto a los riesgos tradicionales y, por ende, aumenta la seguridad y valor porque maximiza también la productividad. Al no tener un operador, quiere decir que no vas a tener paradas no programadas, como se tiene con los trabajadores, siendo un equipo autónomo que no tiene dependencia de un operador. Finalmente, este puede ser ininterrumpido en el trabajo.
Al tratarse de tecnología con equipos autónomos, la presencia de los operadores en campo va a ser muy limitada y solamente para trabajos puntuales. Ya que inclusive los propios operadores van a trabajar en salas de control.
De igual manera, si es que no fuesen camiones autónomos, la seguridad en la actividad minera es una de las más elevadas si comparamos con muchas industrias. Entonces, siempre están los protocolos, las velocidades máximas permitidas, tienes el principio de pase de acuerdo a la capacidad del equipo que está transitando, señaléticas, muchos sistemas o sensores que previenen que haya alguna especie de colisión.
Si hablamos de equipos autónomos, simplemente ellos van a seguir un patrón donde van a empezar a recibir la carga material y luego la disposición dentro de ese trayecto. Teniendo tecnología en la cual aplican muchos sensores, ellos van a interactuar con todos los equipos. Sean fijos o sean móviles. En caso haya una anomalía de proximidad, se detienen simplemente. El nivel de seguridad se incrementa.
Eso lo voy a describir con un ejemplo. Si nosotros tenemos turnos de 12 horas, imaginemos que, en la condición actual, no todas las minas son autónomas. Los operadores tienen un tiempo de coordinación de procesos, inspección del equipo y luego interactúan para realizar el trabajo.
Hay tiempos que finalmente se tienen que cuantificar, pero no agregan valor. Luego tienes tiempos de refrigerio, tiempos de paradas, tiempos de cambio de turno. El operador tiene que cambiar con un relevo. Finalmente, si haces el cálculo con respecto a la cantidad de horas efectivas de las 12 horas, lo más probable es que estés trabajando alrededor de 8. En cambio, si lo llevamos solamente a este ejemplo, con respecto al uso de un equipo autónomo que no va a depender de un operador, éste puede permitir el trabajo continuo sin mayor afectación.
Eso significa que este camión va a cargar mayor cantidad de tonelaje, se incrementa la producción y los costos disminuyen. El KPI de dólares por tonelada disminuye, eso significa que va a ser un proceso más eficiente.
Se ha demostrado una data que puede alcanzar hasta un incremento del 30% de la producción en minas de Australia donde ya tienen más experiencia. En el caso de Perú, recién tenemos una mina que es totalmente digital, Quellaveco, que está iniciando la parte operativa y cuenta con alrededor de más de 20 camiones. Pero ahí hay experiencia en otras partes del mundo, como en Australia principalmente, que ya se ha visto estos cambios que aportan valor
Es una buena pregunta que también nos hacemos todos. Si es que realmente el Perú está preparado para tener una minería 100% autónoma. Entonces, acá tenemos que diferenciar dos grandes grupos de minería. Una es la que están en condición de Greenfield y las que están en Brownfield.
Las Greenfield son las nuevas, las que recién van a operar, que vas a diseñar toda la infraestructura y toda la tecnología desde la fase de planeamiento. Los Brownfield son los que ya operan y quieren migrar a una tecnología con mayores beneficios. Aquí hay un reto, porque si bien es cierto el uso de equipos autónomos mejora y reduce, evidentemente, la cantidad de trabajadores y también operadores. En este caso, hace que les dé un nuevo perfil. Pero hay un porcentaje que, evidentemente, no va a seguir en este nuevo cambio tecnológico. Si esto lo llevamos a un tema social que es muy frágil en nuestro país, entonces posiblemente sí conlleve algunas desventajas por ese lado. Entonces, aquí ya vendría la solución de aplicación de equipos semiautónomos donde todavía se mantiene el operador, pero de repente de manera remota o ya dándole unas actividades un poco más aligeradas.
Pero en los proyectos Greenfield no, porque el tema geográfico no afecta mucho en este caso. Quizás sí la capacidad de las habilidades de las personas de la zona donde operan las minas. Las capacidades técnicas, sí es un factor muy importante. Pero las minas para esto entrenan a su personal y a las comunidades, viendo un programa que permite superar esta debilidad. Pero en las Greenfield, como en el caso de Quellaveco, no van a tener ningún problema, la gente se va a adaptar rápidamente a este tipo de tecnología.
Entonces, es muy probable que para el país sí sea más flexible una adaptación semiautónoma para los proyectos Brownfield. Y luego ir poco a poco llevándolo a un cambio totalmente digital. Podríamos entrar, de esa manera, para que el cambio no sea tan drástico.
En las Brownfield nos referimos a los proyectos donde ya están operando y en unos años incrementan nuevas reservas, descubren mayor tiempo de vida de la mina y en este caso vas a cambiar tu flota. Es decir, las minas ya tienen una flota sin equipos autónomos, como son todas las minas actualmente, a excepción de Quellaveco, y que de acá a unos años van a migrar a la compra de equipos autónomos.
La automatización en nuestro país ya es una realidad. Comentaba que la mina Quellaveco, la que está ubicada en Moquegua, es una mina que ha adquirido alrededor más de 20 camiones autónomos y toda su operación va a ser autónoma. Entonces, no podemos decir que es una visión en el largo plazo o corto plazo, ya es una realidad que se ha introducido siendo un proyecto Greenfield. Pero las otras operaciones, son las que se van a ir adaptando quizás, van a ver el performance de esta operación, cuántos beneficios le genera, y van a ir adaptándolo.
Porque la tendencia actual es a disminuir el riesgo, cero exposición del personal, aprovechando toda la tecnología que se tiene. Dando un ejemplo básico, la minería en la antigüedad, bueno, en la mitad del siglo pasado, usaban equipos livianos, máquinas pequeñas de perforación. Estaban expuestos directamente al macizo rocoso, a que haya un colapsamiento y evidentemente accidentes fatales. Entonces, luego pasaron a equipos de mayor capacidad, donde había un operador. Ya no había una exposición tan directa, pero de igual manera estaba dentro del área operativa. Ahora estamos trabajando con equipos donde no hay un operador, es decir, se hace trabajo de manera remota, todavía con una frecuencia cercana de operación, los famosos equipos teleoperados.
En la actualidad, se tienen los equipos teleoperados a grandes distancias. Estamos hablando que puedes operar minas donde se pueden distanciar más de cientos de kilómetros. Entonces, eso genera beneficios para una operación, sabiendo que una mina trabaja las 24 horas, si sabes que tu proceso va a ser continuo, no vas a tener interrupciones, va a maximizar su producción.
Entonces, si se implementa la producción de una operación minera, normalmente por un PBI de dólares por tonelada, el costo de extracción va a ser menor. Por ende, el margen va a incrementarse. Entonces, es la tendencia mundial en que esta tecnología se adapta a nuestro país, ya lo tenemos como un buen referente angloamericano. Estos procesos llevan casi dos años de producción. Sin embargo, es muy probable que minas como Antamina, Las Bambas o las minas de Cerro Verde del grupo Freeport, también sigan. No está muy lejano la aplicación en la totalidad de todas las minas, partiendo, de repente, de una introducción semiautónoma, y luego ya totalizando una flota completamente autónoma.
En este caso, la sección de Ingeniería de Minas tiene que trabajar de manera conjunta con varias especialidades. Tiene que ser interdisciplinaria, es decir, minas, daría el soporte de la experiencia de la extracción minera, el planeamiento y todo lo que concierne al trabajo de mina, deberíamos trabajar en conjunto con las especialidades de mecatrónica, mecánica, informática y telecomunicaciones.
Entonces yo creo que sí, acá hay un punto más bien donde podríamos, las demás especialidades, trabajar en conjunto para ver de qué manera podríamos dar un soporte en el tema de mantenimiento, en el tema de la data analytics, que es un campo también que se aplica mucho y donde ya los propios ingenieros que se están formando van a usar el manejo de esta gran data.
En el caso de las especialidades de Ingeniería Mecatrónica e Ingeniería Mecánica, se podría trabajar el tema de mantenimiento. Con la especialidad de Ingeniería de Telecomunicaciones, que es importante el tema de las redes. Hablando de equipos remotos, equipos autónomos, operados a grandes distancias, indudablemente el campo de las telecomunicaciones tiene que estar sumado a este tema, a este tipo de cursos.
Entonces, yo sí veo una oportunidad, pero tenemos que trabajar en conjunto todas estas especialidades y abrir un curso integral donde todos los alumnos de todas las especialidades puedan participar. Hay muchas áreas que todavía se pueden abordar.
Es docente de pregrado de la Facultad de Ciencias e Ingeniería, candidato a doctor, MBA e ingeniero de minas de la PUCP. Posee experiencia liderando el diseño y la implementación de los métodos de extracción en operaciones mineras subterráneas y rajo abierto. Orientado a resultados y cumplimiento de objetivos con pensamiento crítico y planeamiento estratégico.
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