Según los últimos reportes, los huaicos que vienen afectando a varias regiones de nuestro país han dejado 69 fallecidos y más de 10 mil damnificados. Esto nos hace reflexionar sobre aspectos como qué tan informados estamos sobre estos fenómenos naturales que año a año se producen en nuestro territorio así como la gestión de riesgos y acciones de prevención de estos. Por ello, conversamos sobre estos puntos con el Dr. Ronald Gutierrez, especialista en recursos hídricos y consultor principal en INNOVAPUCP.
Un huaico o como lo llama la literatura científica “flujos de detritos o flujos de escombros”. Los detritos representan un material que es erosionado de las laderas de los cerros, llegan a un cauce, se acumulan y llegan a constituir un volumen importante de todo el flujo que discurre. El término de flujo de escombros creo que es directo porque hemos visto en los huaicos elementos como residuos de artefactos electrónicos, maderas, neumáticos y hasta mototaxis.
Para definir la física detrás que desencadena los huaicos, tomaremos algunos términos propios de la gestión de riesgos. Podríamos señalar que toda amenaza, que en este caso serían los huaicos, tiene factores desencadenantes y condicionantes. Los factores desencadenantes son aquellos cuya presencia es intermitente, se da por unos periodos de tiempo muy cortos. Los factores condicionantes son condiciones que están continuamente y, llegado el caso, pueden generar que una amenaza se materialice.
En el caso de los huaicos que discurren hacia el Pacifico, el factor desencadenante es la lluvia, la cual precipita por tiempos muy cortos. Sabemos que en toda la costa no llueve, ya que es una región muy árida y la lluvia puede deberse al fenómeno de El Niño o el llamado Niño Costero. Los factores condicionantes son la geología y la topografía. Con geología me refiero a las quebradas en las que tienen lugar los huaicos, las cuales están constituidas principalmente por rocas. Dichas rocas tienen una poca capacidad de filtración. Otro factor desencadenante es la topografía, que nos condiciona a altas pendientes tanto en las faldas de los cerros como en el cauce.
Para las quebradas que discurren hacia el lado del Pacifico, lo que sucede es que el factor desencadenante, el cual es la precipitación, es mucho mayor que la capacidad de infiltración. El agua que se queda en la superficie por las altas pendientes empieza a discurrir pendiente abajo. Uno, por las laderas y dos, porque se acumula en el cauce.
Entonces, durante un huaico, el factor desencadenante (lluvias) y los factores condicionantes actúan. A medida que aumenta el caudal, va aumentando su capacidad de arrastrar todo a su paso, esto es su inercia. Tiene tal inercia que puede arrastrar a personas y dañar la infraestructura pública.
Tristemente, ha destruido las propiedades y ha cobrado las vidas de compatriotas de la porción menos favorecida del país. Además, ha destruido un volumen importante de la infraestructura pública nacional.
Lo acontecido nos ha logrado mostrar que la capacidad de respuesta de los gobiernos es aún limitada. Para ser justos, dicha capacidad está mejorando, pero aún queda muchísimo por hacer. También nos ha mostrado que la población no está preparada y tiene que estarlo. Ello implica entender la capacidad destructiva de los huaicos y nos muestra también que el fenómeno es recurrente, pero que no tomamos medidas para que dejemos de estar a su merced. En suma, esto nos ha mostrado que no conocemos bien el riesgo y tampoco sabemos gestionarlo.
En lo que respecta a la gestión de riesgos, el riesgo es igual al producto de la amenaza multiplicado por la vulnerabilidad (cuán preparado está un elemento para resistir esa amenaza) multiplicado por el impacto de la exposición a una amenaza (la consecuencia de esa vulnerabilidad). Para gestionar todo riesgo se tiene que conocerlo y luego de conocerlo tengo que gestionarlo. Conocer el riesgo implica conocer la vulnerabilidad, amenaza y exposición.
Fuente: UNDRR
Si nos enfocamos en la amenaza de los huaicos, esta está definida por un factor desencadenante y por dos factores condicionantes, como ya expliqué. Entonces, solo para conocer la amenaza se tiene que conocer dichos factores. Si nos centramos solo en el factor desencadenante, el cual puede estar controlado por el fenómeno de El Niño o el Niño Costero, estos fenómenos son tan complejos que queda mucho por conocer su dinámica. Mucho de lo que se conoce es un conocimiento que se ha producido fuera del país. Hasta qué punto puede haber cierta confusión al respecto, que el factor desencadenante—llamado ciclón Yaku— según los expertos, no cumple con la definición técnica de un ciclón. Entonces, tenemos el enorme desafío de conocer la amenaza y la vulnerabilidad.
Ciertamente, esto requiere del aporte de sociólogos, meteorólogos, ingenieros, entre otros especialistas. La situación que hemos observado nos lleva a pensar que si tenemos problemas en conocer una parte de la amenaza, nuestro conocimiento del riesgo es limitado. Porque nuevamente, riesgo es igual a amenaza por vulnerabilidad por exposición. Si tenemos un conocimiento limitado del riesgo, nuestra capacidad de gestionar ese riesgo también es limitada.
Lo primero que tenemos que hacer es conocer el riesgo y, para ello, el aporte de las universidades es mayúsculo. Todo profesional tendría que tener un cierto conocimiento de este riesgo. La profundidad de ese conocimiento variará de especialidad a especialidad. Probablemente, un sociólogo necesita conocer este fenómeno, así como también un economista.
Desde la PUCP hemos trabajado también el tema, hemos analizado las precipitaciones extremas, las tormentas que se pueden presentar en la costa peruana. Se ha trabajado también en hacer un estudio del volumen de sedimentos que pueden discurrir por los ríos de mayor envergadura que discurren hacia el Pacifico. La PUCP también tiene una Maestría en Gestión de Riesgos Naturales. Es decir, cada universidad está aportando a su manera.
Sería justo señalar que, incluso, los tomadores de decisiones deberían tener un cierto conocimiento en este tema. Deberían tener conocimiento los periodistas, en tanto ellos son parte de la masa de profesionales que van a comunicar lo que se observa.
Desde el punto de la gestión de riesgos, necesitamos mejorar el diseño de nuestras instituciones para agilizar la gestión de los riesgos. En este punto, creo que es necesario resaltar el papel de los datos que deberían ser de libre acceso. No se puede ser mezquino, se ha avanzado algo en este sentido, pero creo que es justo afirmar que aún es un reto pendiente. Cuando hablamos de datos, nos referimos a los de orden físico, eso quiere decir la precipitación, el tipo de rocas que existen en cierta cuenca, por ejemplo. Nos referimos también a la información social. En conjunto toda esta información nos permitiría gestionar de una forma adecuada a las familias que podrían ser más impactadas por los huaicos. Si vamos a tener la necesidad de apoyar a una persona que lo ha perdido todo, necesitamos conocer aspectos físicos de la amenaza e información socioeconómica para ayudar a gestionar.
Creo que la gestión en las universidades puede tener un papel importante. La PUCP tiene mucho para aportar en estos temas. A este punto, la información de precipitaciones es de alguna manera libre. El tener datos libres tiene un impacto altísimo en la enseñanza de ingeniería. Deberíamos resaltar la necesidad de tener datos libres. Para un país que está queriendo modernizarse, resulta un lastre tener datos que no son completamente libres.
Reseña de entrevistado Doctor en Ingeniería Civil con énfasis en Recursos Hídricos. Su trabajo de investigación se concentra en el estudio de las señales geofísicas que describen la morfodinámica e hidrodinámica de los ríos (principalmente en los ríos del sistema del Amazonas). Asimismo, investiga también en otros tópicos como: mecánica de sedimentos, eco-hidráulica, manejo de riesgos, hidráulica experimental, aplicación de bioingeniería en el control de la erosión, restauración de ríos, desarrollo de software, enseñanza de Ingeniería, manejo de los recursos agua y suelo, entre otros. Además, cuenta con 11 años de experiencia como ingeniero práctico trabajando en proyectos de consultoría para la industria minera y agrícola.
Acepto los términos y condiciones del uso de mis datos personales