10 de octubre

La competitividad de un país ya no depende únicamente de sus recursos naturales o de su infraestructura empresarial. Hoy, el verdadero motor del desarrollo está en la capacidad de transformar conocimiento en soluciones reales. Y en esa misión, la colaboración entre universidades y empresas se vuelve un eje estratégico.

El profesor Eduardo Ísmodes, vicerrector académico de la PUCP, lo plantea con claridad al reflexionar sobre el futuro del país:

“El Perú no puede seguir dependiendo solamente de la extracción. Necesitamos generar valor desde el conocimiento, y esa articulación solo ocurre cuando la academia y el sector productivo trabajan juntos” (Ísmodes, 2018).

En otras palabras, el verdadero salto competitivo no se logra explotando más recursos, sino construyendo capacidades para usarlos de manera más inteligente y sostenible.

Minería: cuando la academia entra a la operación

La minería peruana enfrenta desafíos crecientes en sostenibilidad ambiental, eficiencia operativa y adopción tecnológica. Frente a ello, el rol de la universidad ya no puede ser únicamente el de formar profesionales: debe actuar como un aliado técnico en la toma de decisiones.

El investigador Julio Portocarrero, especialista en innovación minera de la PUCP, resume esta necesidad desde la experiencia académica y de campo:

“La sostenibilidad minera no depende solo del recurso geológico, sino de la capacidad de generar conocimiento para aprovecharlo de manera responsable” (Portocarrero, 2020).

Su mensaje es claro: tener recursos no basta; lo que marca la diferencia es cómo se gestionan, miden y optimizan mediante ciencia, tecnología e innovación aplicada.

A nivel global, el World Economic Forum (2022) ha reconocido que las compañías que colaboran con centros de investigación aceleran significativamente la adopción de tecnologías limpias, reforzando que la colaboración académica ya no es un “plus”, sino una ventaja competitiva real.

En este contexto, INNOVAPUCP ha acompañado a diversas empresas del sector minero en procesos de diagnóstico, mejora operacional y validación técnica mediante ensayos acreditados, promoviendo que las decisiones estratégicas se construyan sobre evidencia científica y no sobre intuiciones.

Más allá de la operación: compromiso con las comunidades

Pero el impacto de esta colaboración va más allá de la operación minera. Parte fundamental del trabajo de la PUCP y de INNOVAPUCP es acompañar a las empresas en la relación con sus zonas de influencia, impulsando el desarrollo de capacidades en las comunidades y promoviendo modelos de gestión participativa.  

Esto se traduce en proyectos de formación técnica, fortalecimiento institucional local, y generación de iniciativas económicas sostenibles que permitan a estas poblaciones ser protagonistas de su propio desarrollo. Así, la ciencia y el conocimiento también se ponen al servicio de una minería más humana, inclusiva y con visión de largo plazo.

Más allá de la minería

La articulación entre conocimiento y producción está generando impacto en múltiples sectores. En salud, investigadores PUCP han trabajado con organizaciones para desarrollar dispositivos médicos accesibles y plataformas de telemedicina. En educación, se ha colaborado en la creación de modelos formativos híbridos y herramientas de seguimiento académico basadas en datos.

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las empresas que integran capacidades académicas en sus procesos innovan hasta 60% más rápido que aquellas que operan de forma aislada, lo que confirma que el conocimiento colaborativo no solo es más riguroso, sino más eficiente.

Un modelo que construye país

Esta sinergia entre academia e industria no es una tendencia: es una estrategia de desarrollo sostenible. Permite reducir riesgos, acelerar la adopción tecnológica y formar talento alineado con los desafíos reales del país. Como afirma Edmundo Beteta, director ejecutivo de INNOVAPUCP, “la universidad tiene distintas especialidades que permiten que el conocimiento se convierta en soluciones de valor para las necesidades de las empresas” (Beteta, 2022).

Ese enfoque guía el trabajo de INNOVAPUCP, que actúa como puente entre el conocimiento científico y los sectores productivos, ofreciendo consultorías, fortalecimiento de capacidades y servicios tecnológicos acreditados para acompañar a las organizaciones.